Notas
“El padre de mi mejor amiga torturó a mi papá”
agosto 10th, 2016
DIARIO EL DÍA, La Plata.
Por María Virginia Bruno.
“La Boda Argentina”, basada en una historia real en el contexto de la dictadura, llega a la ciudad.
Basada en una historia real sobre dos amigos que de grandes se enteraron que el padre de uno había torturado al padre del otro, “La Boda Argentina” es una de las obras más polémicas y convocantes de la temporada en la cartelera porteña y este fin de semana se ofrecerá en la ciudad.
Aunque se comentaban cosas, como en todo pueblo chico, los dos amigos de este relato nunca relacionaron las historias de sus padres hasta que a la edad de 37, en el 2010, fallecido ya el padre de él, se enteran que el padre de ella queda imputado en el juicio que comenzaba en la ciudad, en el que declararía, reforzando la acusación, la madre de él.
Esta historia es la historia de la familia del autor, actor, director y dramaturgo juninense Sebastián Pajoni, quien recién se enteró de toda esta situación hace seis años cuando, en medio de un almuerzo patrio con su mamá, ella le tiró literalmente esa bomba por la cabeza, que involucraba a su amiga de la infancia y adolescencia, aquella con la que fue al jardín, a la escuela y al club, con la que se emborrachó por primera vez y a la que, en confidencia, le contó sus secretos más íntimos.
Después de mucho procesar aquella información “muy difícil de procesar”, Pajoni decidió apelar al arte, en una especie de cura o sanación, como para mitigar tanto dolor. Así, tras una gira por España, junto a Carla Solari, Alejandro Ruffoni y Patricia Benedicto, y bajo la dirección de Federico Ponce, le dieron forma a esta obra que, ficcionalizada, se ofrecerá este domingo a las 20:30 en el Teatro Estudio, 3 entre 39 y 40, en la que una pareja de novios (Pajoni y Solari), a horas de pasar por el altar, se ve enredada en una situación similar.
Para Sebastián Pajoni, “la obra cuenta algo que nos está pasando hoy a los de mi generación, los que en aquella época teníamos dos o tres años, y que con el advenimiento de los tan esperados juicios que destapan nombres que han sido ocultados por varias razones nos vemos de alguna manera involucrados en éste tipo de situaciones como las que cuenta la obra. Esto está sucediendo en cada rincón del país, sobre todo en cada ciudad pequeña o círculo social cerrado de nuestra Argentina”.
Este es el motivo por el cual, según aseguró en diálogo con EL DÍA, su mamá le ocultó ese detalle durante tanto tiempo, un secreto que su marido le había confesado en enero de 1976 apenas salió de la comisaría en la que fue detenido y torturado, y en la que vio, a un costado, al padre médico de la mejor amiga de su hijo, siendo partícipe de su tortura.
“Eramos muy chicos, imaginate en una ciudad pequeña, estigmatizar a los niños con éste tipo de rótulos ‘el hijo del torturador’… además de la época, no se vislumbraba posibilidad de justicia y el miedo era mucho. Hablé mucho con mi madre y aprendí a amarla aún más. Fue su forma de lucha, de preservar a su familia en una ciudad pequeña, de no pasar rencor a sus hijos y esperar la justicia. Me lo contó con lágrimas de absoluta verdad en sus ojos. No puedo imaginarme lo que sufrió conmigo de dos años y su marido desaparecido por casi seis semanas”, reveló Pajoni.
Consultado en relación a los dramas heredados y a las mochilas del pasado que, a veces, los hijos estamos obligados a llevar, el actor y autor consideró que “la aceptación es la gran evolución de cualquier tema ‘tabú’”. En este sentido, explicó que “somos esto como sociedad, fuimos capaces de generar esa historia y hoy este presente vuelve a unir naturalmente lo que en algún momento estuvo separado. Por supuesto que podemos resistirnos como a cualquier cosa que naturalmente se proponga, de hecho los seres humanos no paramos de hacerlo, pero también podemos aceptar lo que simplemente somos y construir desde ahí”.
Abordada como una comedia dramática, en la que a veces desde la risa y otras desde el llanto se llega a una profunda reflexión, “la historia es triste y dolorosa como, paradójicamente, hermosa al mismo tiempo”. En efecto, según relató el artista, “al otro día de enterado de que el papá de mi mejor amiga había sido partícipe de las torturas a mi padre me encontré con ella y nos fundimos en un abrazo de amor”.
Con su amiga se sigue tratando, y si bien en algún momento le molestó tanta exposición mediática, comprende la situación y agradece, en algún punto, el hecho de que por el respeto y el amor de su amigo su nombre no haya salido a la luz. “Entiende que la obra es una ficción y le consta del respeto con que el tema es abordado, sabe que la considero una víctima de la situación y que el trabajo que hicimos no toma partido ni baja línea, sino que muestra a dos víctimas en escena”, advirtió el juninense.
Hasta hace dos semanas, Pajoni tuvo a su cargo la adaptación y dirección de “El viejo Otelo” en la Sala Discépolo, en un homenaje a Shakespeare y Cervantes a 400 años de sus fallecimientos. Para el artista, se trató de una “hermosa experiencia”, y por la que se sintió “honrado” al ser el primer estreno de producción propia en la Comedia de la Provincia en la gestión de su admirado Jorge D´Elía.
Con interesantes papeles en la tevé, como el que le tocó interpretar en “Resistiré” como el hermano homosexual de Celeste Cid, Pajoni no atraviesa un buen momento con la pantalla chica. Dijo que si bien sus seguidores le piden a través de las redes que regresa, no tiene propuestas de los productores. De todos modos, no es algo que lo preocupe. Hasta fin de año, seguirá encabezando el elenco de “La Boda Argentina” en El Método Kairós.
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